Tu negocio pende de un hilo. Así es, aunque estés facturando de maravilla y creas que todo marcha bien, de un día para otro, todo puede cambiar.
A no ser que la gestión de riesgos sea una de tus principales prioridades.
¿Lo es?
Todos los negocios están expuestos a numerosos riesgos. Ya sean más o menos críticos, pero existen.
Y, en el caso de que llegaran a materializarse, podrían suponer daños que van desde pequeños arreglos, hasta su derrumbe total.
Miquel Baixas habló sobre ello en uno de los eventos ENNFOCO. Y hoy voy a trasladarte en este post los aspectos más relevantes que debes tener en cuenta para poner a salvo tu negocio.
Hablaremos sobre cómo identificar, medir y gestionar los riesgos que están amenazando todo el esfuerzo que has invertido en crear y hacer crecer tu proyecto.
Paso 1 para la gestión de riesgos: identificación
Esta fase es tan sencilla de ejecutar como sentarse a pensar y crear una lista de situaciones que podría vivir tu negocio y que le afectarían de forma negativa.
Cuando lo hagas, es aconsejable que tengas en cuenta tres ambientes:
- El externo. Es decir, cualquier situación política, económica, ambiental, social o tecnológica que pudiera afectarte.
- Tu sector. Piensa qué podría ocurrir si aparece un competidor más fuerte, si cambia el comportamiento de tus clientes, si dejan de consumir lo que ofreces…
- El ambiente interno. Y aquí me refiero a situaciones que podrían cambiar dentro de tu propio negocio, como por ejemplo que se marche un empleado, o que te pongas enfermo.
Para que entiendas mejor a qué tipo de riesgos puedes estar expuesto, aquí tienes un listado de ejemplos:
- Cancelaciones de cuentas en plataformas como Facebook y Gmail.
- Impagos de clientes.
- Fallos de proveedores.
- Crisis económica.
- Enfermedades de larga duración.
- Ausencia de ventas.
- Bajas de empleados.
- Hackeos de web o pequeñas caídas.
- Averías en tu ordenador.
- Pérdida de la base de datos.
- Caídas del servidor.
- Pérdidas de las copias de seguridad.
- Problemas con hacienda.
- Fallos en internet.
Paso 2: Cómo medir la gravedad de tus riesgos
La gestión de riesgos de un negocio se basa en dos variables: probabilidad e impacto.
La probabilidad se refiere a la mayor o menor posibilidad de que el riesgo se materialice.
Y el impacto a las repercusiones que podría tener sobre tu negocio. Es decir, cómo le afectaría en caso de que se llegara a producir.
Para saber la gravedad de un riesgo es necesario construir una matriz que enfrente ambas variables.
Un ejemplo de los niveles de probabilidad e impacto que puedes incluir en la matriz son:
- Muy bajo
- Bajo
- Moderado
- Alto
- Muy alto
En cada eje deberás añadir una de las variables y al enfrentarlas sabrás cómo de crítico es cada riesgo.
En el caso de que tenga probabilidad alta e impacto muy alto, el riesgo será importante.
Pero, en el caso de que la probabilidad sea baja y el impacto moderado, el riesgo será medio.
También puedes darle un valor numérico a cada nivel de las variables y cuantificar la criticidad del riesgo multiplicando probabilidad por impacto. El mayor resultado hará referencia a riesgos más graves y el menor a los más leves.
Paso 3: Medidas para poner a salvo tu negocio
En gestión de riesgos se puede disminuir, eliminar o trasladar esos peligros que están amenazando la continuidad de tu negocio o empresa.
Por ejemplo, el riesgo de ponerte enfermo, a pesar de no poder eliminarlo, puedes disminuirlo cuidando tu salud.
Un riesgo que sí puedes eliminar es el de que copien tu marca. Para ello deberás registrarla y patentarla.
Y un riesgo que puedes trasladar es la caída de la web. Puedes contratar a un tercero que se ocupe de su mantenimiento y vigile su estado.
En cada caso, lo ideal es que la gestión de riesgos cuente con un plan que incluya mitigación y contingencia para no dejar ningún cabo suelto.
Todos los riesgos deben contar con ambos tipos de medidas.
A continuación verás en qué consiste cada uno y cuándo debes aplicarlos.
Plan de mitigación
Está enfocado a disminuir la probabilidad de que ocurra un riesgo, o reducir el impacto que pueda generar en tu negocio.
- Sus acciones deben estar previamente planificadas antes de que el riesgo ocurra.
- Debe contar con recursos para poder aplicarlo cuando sea necesario.
- Trata aquellos riesgos que están por encima de un umbral previamente marcado.
- Es puramente proactivo.
- Siempre está activo, desde las primeras fases de la gestión de riesgos.
Una forma de disminuir riesgos que dependan de ti es adquiriendo buenos hábitos como los que te enumero en este post: ¿Trucos para emprender por internet con éxito? trabajar y seguir hábitos como estos
Plan de contingencia
Se basa en dar respuesta en caso de que el riesgo llegara a producirse. Está centrado en tratar la situación que se da después.
- Incluye acciones previamente planificadas que comienzan a funcionar en el caso de que el riesgo se convierta en realidad. A la primera señal de advertencia, se disparan.
- No se emplean recursos antes de que esto ocurra. Todas las medidas se ponen en marcha cuando el riesgo ya es una realidad. Y es entonces cuando se destinan recursos.
- No es una medida preventiva, sino que su objetivo es controlar las consecuencias del riesgo una vez que se ha producido.
- Es meramente reactivo.
- Solo se activa en caso de que exista evidencia de que el riesgo ha ocurrido.
En este caso es necesario que exista un interruptor que se active y nos avise de que algo ha sucedido.
Convierte la gestión de riesgos en una prioridad de tu plan trimestral
Trabajar la gestión de riesgos, te permite tener un negocio más sólido.
Una forma de hacerlo es tratando cada trimestre uno de tus riesgos. Es decir midiéndolo y creando para él un plan de mitigación y un plan contingencia.
Así pondrás el foco en no más de uno a la vez y podrás analizarlo con detenimiento y tomar medidas que realmente sirvan para reducirlo o reaccionar en el que caso de que se produzca.
Mira bien a tu alrededor, porque seguro que puedes crear una lista de riesgos más amplia que la que te di al inicio de este post.
Piensa en riesgos que realmente puedan poner en peligro a tu negocio. Son a esos a los que debes dedicarle tiempo y recursos.
¿Te atreves a dejar en comentarios algunos de los que tienes identificados?
Y para ayudarte a construir tu plan trimestral, te dejamos nuestro test de negocio.
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2 Responses
Útil y práctico
Podría decir algún otro ejemplo..
Interno; hacer ejercicios todas las mañanas para activar el cuerpo o por las noches para desactivarlo y descansar.
Externo; Cambiar la contraseña una vez al año. Aunque la probabilidad sea baja el impacto es alto.
Mercado o sector: Crear buenas relaciones hasta con la competencia pese a que parezca contraproducente a primera vista, es nuestro mejor aliado.
Alguien se anima?
Gracias
¡Muy buenos ejemplos Joan! Gracias por leer el artículo y por tu aportación.